La Anhedonia en el mundo del videojuego


Anhedonia:

Del fr. anhédonie, y este del gr. ἀν- an- ‘an-‘, ἡδονή hēdonḗ ‘placer2‘ e -ie ‘-ia’.

1. f. Med. Incapacidad para sentir placer.

Así es como define la RAE anhedonia, si bien es verdad que tendríamos que puntualizar que técnicamente cuando usamos ese término en su acepción original en psicología nos referimos a algo distinto: a un estado mental específico posiblemente resultado de una enfermedad mental.

El término últimamente es usado de manera coloquial sobre todo en redes sociales para referirse a un descontento que se alarga en el tiempo con distintas obras, ya pueden ser películas, series o lo que nos gusta en ILT que son los videojuegos.

Es una realidad evidente que hay personas a las que les resulta más difícil que otras ser felices. Son personas con un carácter más negativo y que suelen recrearse en los defectos de las cosas que les rodean, y es cierto que no todos tenemos la misma capacidad de disfrute.

Se suele decir que las personas con temperamentos extrovertidos son más sensibles a las recompensas y los introvertidos más sensibles a las señales de castigo.

Aparte del carácter de cada persona, cada uno de nosotros también tenemos etapas más cercanas a cierta desgana o desánimo a la hora de enfrentarnos a nuestros hobbies favoritos. 

Por otro lado, también habría que añadir al cóctel esa visión de nostalgia-mal, es decir ese tipo de nostalgia poco controlada en el que cualquier obra del pasado nos parece mucho mejor y mucho más relevante. A veces porque es cierto que eso es así y otras veces puede ser que en parte nos recuerdan a tiempos mejores donde nos preocupábamos menos y donde disfrutábamos de más tiempo libre que dedicábamos a los videojuegos o sencillamente porque teníamos mucho menos alcance a un número elevado de videojuegos y las pocas obras que nos llegaban en cumpleaños y festivos de Navidad tenían que ser disfrutadas al máximo posible

Es fácil encontrar en redes sociales usuarios de largo recorrido en videojuegos que les cuesta decidir cuál es la obra maestra que se va a quedar para siempre en sus retinas de entre las que han salido en los últimos 10 años.

Por otro lado, otro tipo de usuarios deciden ejercer su derecho a la queja antes siquiera de darle la oportunidad al producto de ser consumido. En nuestro programa nuestro querido unicornio de ILT opina que todas las adaptaciones a películas de videojuegos son malas en el momento en el que se anuncian. Luego procede a consumirlas y resulta que es la que mejor opinión tiene de esas adaptaciones porque es incapaz en el fondo de dejar de ver las cosas de color de rosa.

Evidentemente y dejando al lado de la personalidad de cada usuario, muchos deciden recurrir a este tipo de pensamientos negativos en base a la gran cantidad de experiencias malas que hayan tenido con anterioridad, que en el caso de las películas basadas en videojuegos hay motivos de sobra.

Por último y muy aparte del resto está el troll, usualmente de internet, que se siente más cómodo indicando defectos que solo ve él, logrando así una falsa sensación de auto satisfacción en un intento de llamar la atención hacia su perfil o su persona.

La realidad, si me preguntáis a mí, son dos factores que nos cuesta mucho decir antes de catalogar algo como “una mierda” o que los desarrolladores “la han cagado”.

El primer factor parece evidente, sencillamente este producto no es para mí, cuando hacían los videojuegos para los niños de los 80 y muchos de nosotros tuvimos la suerte de ser niños en los 80, los productos nos miraban directamente a nosotros. Algunos jugadores han conseguido disfrutar a día de hoy de Fortnite y otros seguimos sin verle la gracia, pese a que salvando el abismo de las distancias pudiera ser que le encajaran más o menos los mismos defectos que podría asumir en su día el Counter Strike al que le dedicaste cientos de horas. 

Y realmente no pasa nada y mucho más cuando nos hacemos mayores y nuestros gustos se vuelven un poco más exquisitos o de nicho. A finales del año pasado salía Halo Infinite, el juego con las recomendaciones en mi entorno más polarizadas que recuerdo en años. Depende de quien te encuentres te puede decir que el gunplay es lo mejor que le ha pasado a la saga Halo o que el mundo abierto y su nueva narrativa destrozan el juego. Es posible que los dos tengan razón, pero más allá de “el juego es una mierda” quizás deberíamos de ir acostumbrándonos a expresiones más exactas como “este juego no es para mí” o “este juego apunta en todos mis gustos” si estás sintiendo lo contrario. 

El segundo Factor casi es más evidente que el anterior y es que cada uno de nosotros no solo tenemos etapas de desgana sino que dentro de nuestras etapas en las que el mundo del videojuego nos apasiona también sufrimos pequeñas etapas de gustos.

En mi caso siempre cuento la anécdota de cómo tardé muchísimos años en darle valor los dos primeros God of War que a día de hoy considero esenciales y que en su momento era absolutamente incapaz de pasar de la primera hora de juego en una etapa en la que la PlayStation 2 estaba cargada de hack and slash aprieta-botones genéricos.

Tuve que esperar al refrito en la siguiente generación para ver que eran mucho más que algo de apretar botones genérico, sencillamente en la etapa en la que me encontraba era incapaz de darle valor.

Y no se trata de que era un género que todavía no me había gustado, porque venía de echarle una cantidad de horas indecibles a los Devil May Cry.

En cualquier caso no quiero dejar pasar la oportunidad que me brinda este artículo de opinión, no para sermonearos sino para alentaros a que disfrutéis las cosas desde una perspectiva menos pesimista y menos negativa. Eso no quiere decir que nos tenga que gustar todo, ni que seamos unos cretinos sin opinión con una risa forzada todo el día para no caer en el haterismo. Y por supuesto que cada uno de nosotros puede tener su opinión y tiene derecho a sentirse como quiera. No me refiero a eso.

Creo que cada una de las obras que jugamos tiene un potencial magnífico para ser disfrutada y si no encontramos ese potencial no pasa nada por pensar que la obra no es para nosotros y que los desarrolladores de videojuegos es posible que no estén pensando cuando las crean en nuestro marco de gustos, ni nuestra edad, ni en nosotros como potenciales consumidores del producto.

Y si la vida te trata mal y la desgana se te junta con la nostalgia, siempre podréis abrir el armario, desempolvar vuestra vieja Megadrive o vuestra vetusta Super Nintendo y volver a ver la vida con los ojos de aquel niño el día de Reyes que sacasteis de aquella caja preciosa vuestra primera consola.

Autor: RaroSama

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